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Puntuación dividendos

Se entiende por dividendo activo aquella parte de los beneficios que es distribuída periódicamente a los accionistas de la empresa. Existe otro concepto denominado dividendo pasivo que tiene que ver con aportaciones de socios a la empresa aún no desembolsadas. Éste es un concepto méramente contable y que en principio no consideramos que afecte al valor de empresa desde el punto de vista de un inversor. En adelante, al referirnos a dividendo entenderemos que se trata del dividendo activo, cuyo valor es el que captura esta puntuación.

Uso

Aunque Gradement no use los dividendos en sus puntuaciones principales de valoración hemos incluido esta Puntuación dividendos ya que hay gran cantidad de inversores que únicamente invierten en empresas que paguen regularmente dividendos. Esta puntuación proporciona información sobre la rentabilidad por dividendo de la empresa. La rentabilidad por dividendo se compara con los proxies de los tipos de interés natural y contractual estimados por Gradement de manera que un valor de 0 indica que la empresa no paga dividendos y un valor de 100 indica una muy alta rentabilidad por dividendo. La siguiente tabla puede servir de guía para el uso de esta puntuación:

Rango de puntuación Interpretation
de 0 a 5 Baja rentabilidad por dividendo
de 5 a 7 Rentabilidad similar al interés natural
de 7 a 10 Alta rentabilidad por dividendo

Este puntuación puede usarse conjuntamente con la puntuación de continuidad de dividendos para ver si el nivel de dividendos actual es coyuntural o es mantenido por la empresa a lo largo del tiempo.

Valor teórico de la empresa

Desde un punto de vista teórico, el único elemento que habría que tener en cuenta para valorar toda empresa es su flujo de dividendos. El valor de inversión de una empresa (y en general de cualquier activo) es el valor descontado de los flujos de dividendos futuro (Nota técnica: cuando hablamos aquí de valor, no lo hacemos en el sentido económico subjetivista, ya que este "valor" en el sentido económico no es cuantificable, por valor nos referimos aquí a tasación o "precio" razonable. Utilizamos el valor descontado del flujo de dividendos para tener en cuenta el valor temporal del dinero: la misma cantidad de dinero en el presente siempre vale más que dicha cantidad en el futuro).

Consideremos el siguente ejemplo en el que no tendremos en cuenta el valor temporal del dinero. Una empresa se crea al inicio de cierto periodo contable. Los socios aportan 100 unidades monetarias (u.m.) para ponerla en marcha. Durante el periodo contable la empresa pide créditos adicionales, compra activos, fabrica y vende su producto. Al final del periodo contable la empresa se liquida, devuelve todos los préstamos y con el capital restante paga 100 u.m. de dividendo a los accionistas. A posteriori resulta evidente que el valor de la empresa al comienzo de su actividad era de 100 u.m. Los socios aportaron exactamente lo que vale la empresa y no han obtenido por tanto ninguna rentabilidad en este caso. Si la empresa se liquidase en un hipotetico segundo periodo contable, y ganara igualmente otras 100 um en dicho periodo entonces tendríamos que:

  • el valor de la empresa en el momento inicial = __100 + 100 = 200 u.m.__
  • la rentabilidad de los socios = __200/100 = 100%__ (han doblado su inversión inicial)

Vemos por tanto como el valor de una inversión se puede calcular, de manera exacta, como la suma de todos los flujos de dividendos futuros. Cualquier otra formula de cálculo del valor de una inversión es solo una aproximación a este valor teórico.

Problemas del modelo

Sabemos, por tanto, cómo calcular exactamente el valor de cualquier inversión. Sin embargo no podemos aplicarlo en la práctica por que existen dos limitaciones que impiden su cálculo en el momento inicial de la inversión:

  • No sabemos con exactitud cual será el flujo de dividendos de la empresa desde hoy hasta el momento de su liquidación
  • Debido al valor temporal del dinero (y en general de cualquier activo) el dinero futuro vale menos que el dinero presente. Esa diferencia es el __tipo de interés__ o preferencia temporal. Por tanto, aún si supiéramos con exactitud la corriente de flujo de dividendos futuros, necesitamos saber cual será la preferencia temporal (tipo de interés) para descontar (valorar a precio actual) esa corriente de dividendos.

Por tanto, sólo será posible conocer con exactitud el valor de toda empresa a posteriori, en el momento de su liquidación. Pero si (1) estimamos cual será esa corriente de dividendos y (2) estimamos cuáles serán los tipos de interés podríamos a priori estimar el valor de la empresa. Sin embargo, en la práctica es muy difícil estimar ambos valores, especialmente la corriente futura de dividendos.

Algunos inversores utilizan este modelo de valoración estimando la corriente futura de dividendos basándose en la corriente pasada de dividendos y en algunas suposiciones sobre la evolución del negocio. En Gradement no usamos este modelo de valoración porque:

  1. La cantidad de dividendos pagada es una decisión basada más en la política de la empresa que en la economía del negocio.
  2. Las suposiciones usadas para estimar los dividendos futuros son muy subjetivas.
  3. Cualquier pequeña variación en las suposiciones utilizadas suelen provocar enormes variaciones en el valor estimado de la empresa.

Gradement usa principalmente el modelo basado en flujos de efectivo libre. Este modelo solventa el problema (1) anterior. No así los problemas (2) y (3) que son inherentes a todos los modelos de inversión. Para los puntos (2) y (3) Gradement usa el modelo más conservador que considera que la empresa seguirá funcionando en los ejercicios futuros de igual forma que lo ha hecho en ejercicios pasados.

Aquellos inversores que basen sus inversiones únicamente en el nivel de dividendos tienen que tener en cuenta el problema (1) mencionado anterioremente: en la actualidad, el pago de dividendos es una decisión más política que económica. Las empresas que pagan dividendos suelen intentar mantener artificialmente el mismo nivel de pago de dividendos, aún en los casos en que bajen los beneficios, ya que por regla general el anuncio de una reducción de los dividendos pagados suele provocar una caída en el precio de cotización de las acciones de la empresa. En algunos casos pueden incluso recurrir a pagar dividendos con cargo, no a beneficios, sino al resto de activos, lo que supone en la práctica la descapitalización de la empresa.